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LA EDUCACIÓN DEL FUTURO

Por Reubén Bzr, Madrid - 2006

Las escuelas primarias de hace medio siglo capacitaban a sus niños, para cubrir las necesidades que entonces se requerían. Enseñaban lectura, escritura, aritmética, las escuelas estaban programadas para producir a los ciudadanos que necesitaba una economía industrial, en su mayoría trabajos no cualificados, Los sistemas de evaluación, estaban diseñados para producir el equilibrio adecuado de profesionales técnicos.

El mundo de hoy ha cambiado, la comunicación, los avances tecnológicos y la ciencia se manifiestan de forma activa en la vida cotidiana de todos los miembros de cualquier sociedad el mundo. Nuestra forma de vida ha cambiado radicalmente en muy pocos años. Difícilmente podríamos entender la cotidianidad sin el uso de la computadora, el Internet o salir de casa sin el celular.

¿Qué ha cambiado en las escuelas?

Básicamente nada, los métodos de enseñanza, la capacitación docente, la forma de evaluar, no han cambiado al mismo ritmo que lo ha hecho la realidad en la que vivimos. La mayoría de los sistemas modernos están diseñados para tener éxito y la mayoría de los sistemas educativos están diseñados para fracasar.

Consideremos lo siguiente:
Las líneas aéreas del mundo planean aterrizar con un 100 % de éxito, un fracaso de uno en un millón sería considerado como una gran tragedia.
Las compañías armadoras de automóviles gastan enormes fortunas para lograr reducir la frecuencia de errores de manufactura del 2 al 1 %.
Las escuelas en cambio están preparadas para reprobar a un alto porcentaje de alumnos o en el mejor de los casos, aprobar con la mínima nota a una gran mayoría de los alumnos, las escuelas no están diseñadas para crear un condicionamiento al éxito, todo lo contrario, enseñan a sus alumnos a condicionarse al fracaso o a la mediocridad.

Lo estándares de éxito escolar son absurdamente bajos, si los trasladáramos al mundo de los negocios, cualquier negocio en cualquier parte del mundo consideraría dichos estándares, como un absoluto fracaso financiero. Las escuelas son las únicas instituciones que entienden los resultados mediocres en términos de éxito.

La mitad de los alumnos que salen del sistema escolar, en países como los Estados Unidos, no cuentan con las bases necesarias para buscarse un trabajo o para afrontar los retos de la vida moderna.1

La fuerza laboral de Inglaterra no tiene la suficiente educación, la suficiente capacitación ni calificación, el 47 % de los empleados potenciales de la industria en Inglaterra no pueden cumplir los requisitos de habilidades necesarias.2

Los resultados económicos ciertamente nos preocupan, pero los resultados académicos de nuestros sistemas educativos, con frecuencia se distinguen por un bajo rendimiento, vergüenza, desesperanza y enojo. El sistema encuentra razones para justificarse o en el mejor de los casos aplica medidas que solamente aportan más de lo mismo a una sociedad programada para que mucho de sus miembros fracase.

No estamos hablando de la fantasía del tipo “todo lo que tienes que hacer, es pensar positivamente”. Estamos diciendo que la autoestima está firmemente arraigada en el logro positivo y el logro positivo en la autoestima, sentirse bien no es suficiente, aunque ayuda. El éxito se tiene que cimentar en algo mucho más profundo; aprender a hacer las cosas bien, desarrollar estrategias de pensamiento, resolver problemas, confrontarnos con la incertidumbre, en concreto, desarrollar una observación clara y precisa de nuestros procesos de pensamiento, mientras que desarrollamos la autoestima y producimos un condicionamiento al éxito.

El entrenamiento deportivo, tiene mucho que aportar a la educación, ningún atleta se entrena para fracasar, ni tampoco para obtener un resultado mediocre. El atleta se entrena para dar lo mejor de sí mismo y si el resultado no es el esperado, renuevan su entrenamiento y refuerzan su preparación. El entrenador motiva, enseña y apoya, los deportistas logran el éxito gracias a un entrenador, (maestro) que los capacita y les ayuda a desarrollar confianza.

Si consideramos que la realidad cambia y que la naturaleza del trabajo moderno requiere una actividad cerebral intensa, las economías competitivas del futuro dependerán del éxito que el sistema educativo tenga para producir un promedio alto de educación y entrenamiento para desarrollar habilidades y estrategias de pensar, que permitan a los alumnos desarrollar habilidades para la vida y el éxito personal.

Al igual que en los deportes no pretendemos que todo el mundo logre una medalla de oro o una mención honorífica, pero si pretendemos que con la aplicación de nuevos modelos educativos todo el mundo deba tener la posibilidad de sobresalir en algo y hacerlo regularmente.

Los sistemas existentes producen los resultados existentes, si queremos algo diferente, el sistema debe cambiar, la norma debería de ser la excelencia y la expectativa la del 100 % de éxito, si tomamos como ejemplo el procesador de palabras incorporado a cualquier ordenador, automáticamente revisa cada palabra y gestiona todos los errores posibles, al finalizar el escrito, si se le da orden, el programa efectúa todas las correcciones y la expectativa de éxito es del 100 %.

Cuando un amigo de Thomas Edison trataba de consolarlo por haber fracasado 100 veces en obtener resultados para producir una bombilla, contestó: “Bueno no he fracasado, solamente he encontrado 100 formas que no funcionan”. De hecho, Edison habría sido calificado como un fracaso desde el punto de vista del sistema educativo actual, con solamente tres meses de educación formal se convirtió probablemente en el inventor más prolífico de la historia, con más de 1000 patentes a su nombre.

Existen muchas formas para lograr mejoras importantes en la educación, los contenidos educativos dejarán de tener relevancia y los procesos de aprendizaje adquieren una importancia que poco a poco, los convierte en el centro de la educación. El desarrollo efectivo de los procesos de pensamiento y la actividad cerebral dentro del ámbito de las escuelas infantiles y primarias, decidirán la prosperidad del país en el futuro.

La Lógica Educativa
Colocar al alumno en el centro del proceso educativo.

Albert Einstein, uno de los más brillantes sabios que tuvo la humanidad, conocía perfectamente la importancia de la capacidad de hacer participar al alumno en forma activa y con entusiasmo en el proceso de aprendizaje. Del propio Einstein se cuenta que estuvo a punto de no completar sus estudios secundarios y las calificaciones que recibía de sus maestros eran muy bajas.

“ES EL ARTE SUPREMO DEL MAESTRO EL DESPERTAR LA ALEGRÍA DE LA EXPRESIÓN CREATIVA Y EL CONOCIMIENTO”
Albert Einstein.

El filósofo griego Platón señalaba hace ya más de 2,500 años, que en el proceso de aprendizaje de los niños no hay lugar para la coerción. En lugar de a forzar a los niños a aprender de un modo que les ayudara a progresar, se hace necesario dirigirse a ellos con herramientas más amistosas.

“NO POR OBLIGACIÓN APRENDERÁ EL NIÑO, SINO QUE POR PLACER.”
Platón.

El Libro bíblico de Proverbios, menciona que se debe encontrar la forma de llegar al niño y combinar la forma con el proceso de aprendizaje, en lugar de que el proceso esté completamente desconectado del niño y de su vivencia.

“INSTRUYE AL NIÑO EN SU MANERA”
Proverbios del Rey Salomón.

La idea de utilizar herramientas pedagógicas que gusten a los niños y estimulen su pensamiento, recibió apoyo adicional a comienzos del siglo XX, en el marco de la doctrina del filósofo estadounidense John Dewey. Su enfoque constructivista3 enarbola el estandarte de la democratización del proceso educativo. Dewey sostenía que los intentos de forzar a los niños a aprender algo por medio que no fueran vivenciales, estaban destinados al fracaso. Una educación correcta coloca al niño en el centro y presenta un enfoque más abierto hacia las voluntades del niño. Deben darse al niño herramientas que estimulen su creatividad y le hagan querer ser parte del proceso de aprendizaje. El niño debe aprender de su propia experiencia en forma vivencial, que cree estímulos intelectuales.

Dewey sostenía que el pensamiento comienza al toparse uno con una dificultad o un problema que rompe el equilibrio existente. Continúa luego con la localización de la dificultad y se desarrolla con la formulación de una pregunta central que define el problema, para enunciar hipótesis sobre la cuestión, tras ello se procede a recoger datos mediante la observación o con ensayos para verificar la validez de la hipótesis. De todo el proceso se extraen conclusiones y finalmente se formula una nueva pregunta.

El proceso que Dewey describe explica a la perfección el principio educativo que coloca al niño en el centro. La educación que se dirige al niño con herramientas que generan un estímulo intelectual, es la que pondrá en marcha el proceso al que se refiere Dewey.

De las teorías formuladas por John Dewey, se desprende la pregunta acerca de la – herramienta – adecuada para lograr colocar al niño en el centro del aprendizaje, dicha herramienta, deberá ser lo suficientemente interesante y atractiva para el alumno, para captar su interés y por lo tanto colocarlo en el centro del proceso educativo.

El Juego como Herramienta Educativa
¿Puede ser el juego una herramienta educativa?

La palabra “juego” tiene varias acepciones, La Real Academia de la Lengua Española define la palabra juego: como el “ejercicio recreativo sometido a reglas, y en el cual se gana o se pierde”, podemos hablar de juegos de pensamiento como el ajedrez o las damas y podemos hablar de juegos de pelota. También se puede hablar de juegos en otros sentidos, como el jugar a las muñecas, etc. en cada una de estas situaciones la palabra “juego” adquiere otro significado, tal vez el común denominador, sea el hecho de que en el juego nos desconectamos por un momento de la realidad y entramos en otra diferente, en otro mundo con sus propias leyes.

¿Tendrán acaso, cabida los juegos en los programas formales de educación de nuestros hijos?

John Dewey lo contesta de forma elocuente:

“Es posible que a veces sean necesarios juegos para el esparcimiento y para ocupaciones constructivas para poder disipar el tedio y la tensión del trabajo “corriente” en las escuelas. Pero no hay ninguna razón por la cual acudir a estos medios únicamente como esparcimientos agradables. La investigación humanista ha demostrado en forma clara, la fundamental importancia de las tendencias innatas a buscar y verificar, a ocuparse de herramientas y materiales, a expresar las emociones y el regocijo, etc. Los ejercicios que inspirados por estos instintos, cuando pasan a formar parte del programa permanente de la escuela, absorben la atención del alumno; se va reduciendo la brecha artificial entre la vida dentro de la escuela y la vida extra muros fuera de la escuela; aparecen móviles que despiertan el interés hacia todo tipo de materiales y de procesos con una evidente acción educativa; y surgen asociaciones para emprender tareas conjuntas, que sirven como un marco social en el cuál adquirir conocimientos. Es decir que los argumentos para asignar un sitio definido en el programa a los juegos y al trabajo activo son racionales y sociales, y no un expediente utilitario para un placer temporal y pasajero”.4

Dewey comprendió perfectamente que el uso de un juego puede ser mucho más que una simple actividad recreativa. Todo marco educativo necesita juegos para acercarse a los niños y crear las condiciones adecuadas para un aprendizaje verdadero, que se derive de una motivación interna, y que preserve los conocimientos adquiridos. Este punto nos lleva a comprender las ventajas del juego como herramienta educativa.

1. Motivar para el aprendizaje interno.

El juego es una especie de burbuja dentro de la realidad, con leyes que lo definen. La tención del niño que juega está dirigida al mundo nuevo en el que participa, en el cuál se libera de las limitaciones y los compromisos que lo oprimen en el mundo real. La sensación de liberación le da la libertad de intentar cosas nuevas. El niño se anima a seguir ideas que le van surgiendo, sin temer por prohibiciones que le son impuestas bajo amenazas.

La vivencia del juego crea un entorno con excelentes condiciones para el aprendizaje. El niño participa en la actividad, por una motivación interna y una voluntad genuina de asumir un papel en el proceso. Tal como lo ha señalado Dewey, el mundo educativo va perdiendo ante el niño su imagen de algo que no proporciona placer y va adquiriendo otro significado. De pronto, la actividad educativa se convierte en algo fascinante que le interesa hacer aun eligiendo libremente. A esto precisamente se refería Dewey al hablar de democratizar la educación.

2. El Estímulo intelectual y la práctica del pensamiento.

Los juegos de pensamiento presentan al niño desafíos intelectuales que le retan a encontrar soluciones a problemas con los que se enfrenta: Un entorno que crea desafíos intelectuales genera las condiciones adecuadas para desarrollar destrezas de pensamiento y engendra hábitos de pensamiento ordenados y definidos. La repetición de situaciones lúdicas conocidas y el esfuerzo por mejorar permanentemente para sobreponerse al rival y ser el mejor jugador, crean un proceso de progreso gradual y de permanente mejora de destrezas de pensamiento.

3. Los juegos de pensamiento como un medio para la transferencia

La tercera ventaja se relaciona con la capacidad de realizar analogías entre el mundo lúdico y la vida cotidiana. El juego sirve como herramienta de simulación de la que pueden hacer inferencias sobre la vida real. Aunque como adultos jugamos libres de los compromisos cotidianos y de las prohibiciones permanentes que recaen sobre los chicos, ello no significa que nuestra conducta sea tan diferente.

Las formas de pensar y de actuar se expresan en el juego de la misma forma que en la realidad. Los niños que son atolondrados y de acciones rápidas, se comportarán de la misma manera en el campo lúdico. Los niños que tienden a dudar en sus vidas privadas reflejarán los mismos patrones dubitativos entre jugadas. No sólo que nuestra forma de jugar es bastante parecida a la forma en que llevamos nuestras vidas día a día, sino que hasta incluso es más genuina y carece de máscaras. Como dijo Platón: “El juego nos enseña mucho acerca de la persona por la libertad que tiene dicha persona mientras juega”. Los jugadores llegan al juego abiertos a una situación nueva y numerosos obstáculos psicológicos ceden.

La analogía entre la forma en que una persona se comporta en la vida cotidiana y mientras juega, nos sirve no sólo para conocerla, sino también para enseñarle. Esta última característica del juego nos lleva a analizar un concepto central en la aplicación de los juegos como herramienta educativa. La transferencia.

Transferencia Interdisciplinaria

Se refiere a la capacidad de tomar un componente de un área de contenidos e inferir de él sobre otra área de contenidos diferentes. El profesor David Perkins, es uno de los grandes investigadores del uso de la transferencia en la educación y la enseñanza. Perkins5 define tres cualidades obtenidas que se logran durante el proceso de la transferencia:

  1. Adquisición de conocimientos en un contexto y su aplicación en otros contextos.
  2. Aplicación de estrategias y tendencias del pensamiento en múltiples y diversos contextos.
  3. Vinculación entre diversas disciplinas cognitivas, al tiempo que se cristaliza la comprensión de lo que puede aprender infiriendo de unas a otras.

Perkins describe también 2 tipos de transferencia; la transferencia cercana y la transferencia lejana, la primera se refiere a la habilidad de transferir conceptos entre dos áreas de contenidos similares, por ejemplo, quién haya aprendido a condimentar una ensalada, descubrirá que puede condimentar otras comidas. La transferencia se lleva a cabo dentro del área culinaria y los conocimientos sobre los que se infiere, son muy similares entre sí.

La transferencia lejana ocurre entre dos áreas de contenidos completamente diferentes. Los juegos de pensamiento son un ejemplo de transferencia lejana, los juegos simulan situaciones de vida y las habilidades que se aprenden en los juegos se convierten en habilidades y aptitudes para la vida misma. La comprensión de que los puntos clave de un tablero, son un ejemplo para comprender los puntos clave de cualquier entorno de acción, es una comprensión lejana. Si un niño comprende que toda acción que realiza tiene puntos clave a los que debe llegar para avanzar, lo aplicará en acciones de diversa índole y de temas muy alejados entre sí.

La transferencia es una habilidad cognitiva que todos tenemos. No obstante, las investigaciones han demostrado que la transferencia no ocurre en forma automática. Piense en la cantidad de conocimiento acumulado durante el curso de loa años y sobre la posibilidad de relacionar entre todos los datos que tienen de diversas disciplinas. Por ello Perkins afirma que el énfasis en la transferencia debe ser parte del programa de educación formal.

En este punto de vista, coincide el profesor Reuven Feuerstein, creador del modelo educativo llamado Enriquecimiento Instrumental, en el que sostiene que los conocimientos requeridos de una persona se convierten con el tiempo, más en una cuestión de proceso y menos en un asunto de contenido, Debemos aprender a aprender y no que aprender. Feuerstein desarrollo el concepto de “estudio interno”, que permite al estudiante obtener instrumentos que le ayuden a mediar entre diversas disciplinas de conocimiento, en otras palabras, a realizar transferencias.

En su momento Feuerstein propone crear una docencia que se ocupe de los procesos de aprendizaje y menos en contenidos específicos. Tanto Feuerstein como Perkins, destacan en sus modelos pedagógicos, la importancia que se da hoy en día al concepto de la transferencia en la educación.

Sobre el Pensamiento y las aptitudes de vida.

A finales del siglo XVII, los escritos del filósofo francés René Descartes, sintetizados en su famosa frase, “pienso, luego existo”, fueron el detonador de la revolución moderna en la historia de la Filosofía humana, se puso en primer plano del debate académico e intelectual, el concepto del razonamiento, no solo como el elemento más importante que tiene el ser humano, sino también como lo único que define su existencia como tal.

A comienzos del siglo XX, 300 años después de Descartes, es claro para todos, que la comprensión de la forma en que razonamos y el desarrollo de destrezas de pensamiento, son algunas de las misiones más importantes y uno de los desafíos que enfrenta el género humano. En la actualidad existe una relación directa entre las destrezas del pensamiento y el éxito en todos los campos de nuestras vidas, que van desde adquirir una educación, hasta el logro de un nivel de vida elevado.

La educación necesariamente se tiene que adecuar a esta realidad y tanto los padres, educadores, psicólogos y científicos, se ocuparán de forma intensiva, de investigar y aplicar los métodos más modernos, que darán más elementos de éxito a nuestros niños. Seguimos buscando resolver las incógnitas del funcionamiento de nuestro cerebro. Cientos de libros se han escrito acerca de grandes genios de nuestros tiempos, Albert Einstein, Winston Churchill, Tomas A. Edison o Mozart, para intentar comprender como cada uno de ellos llegó a esos increíbles logros.

Seguramente cuando fueron niños padecieron las molestias de un sistema educativo, que no satisfacía sus estilos individuales de aprendizaje, esa misma situación persiste hasta nuestros días en miles de escuelas en el mundo y posiblemente sea – hoy por hoy – la causa más importante del fracaso escolar.

Resulta obvio que existen individuos con diferentes talentos, Picasso fue un gran pintor y Cervantes un escritor excepcional. Joe Louis y Pelé, fueron grandes deportistas, Ana Pavlova una bailarina sobresaliente y Catherine Hepburn una gran actriz. Así mismo cada uno de nosotros tiene estilos de vida diferentes, preferencias distintas y talentos variados, pero sin embargo nuestras escuelas tratan a los niños como si todos fueran idénticos. Einstein fue considerado un alumno débil en la secundaria y seguramente que Pavlova habría tenido grandes problemas en aprobar el examen de matemáticas para acceder a la Universidad.

¿Acaso es la estructura de sus cerebros excepcional y sencillamente nacieron con condiciones intelectuales particularmente altas? O es que ¿simplemente hicieron las cosas como es debido? O quizás incluso, podamos aprender de ellos y aplicar nosotros mismos sus métodos de razonamiento.

Pasarán muchos años antes de que podamos realmente saber cómo funciona el cerebro humano y si los genios realmente nacieron como tales o si desarrollaron por sí mismos métodos para realizar tan bien sus cosas, mientras tanto, los investigadores siguen diversas pistas y surgen dudas acerca de las habilidades que debemos desarrollar o cuáles son las aptitudes requeridas por el hombre moderno.

Es en esta línea que el investigador Howard Gardner ha desarrollado su teoría de las Inteligencias Múltiples que trata sobre las grandes diferencias que hay entre las aptitudes individuales. Einstein, por ejemplo, era un genio de las matemáticas, Mozart un músico extraordinario o Cervantes un redactor maravilloso. Para tantas aptitudes, Gardner afirma que hay varias inteligencias diferentes. Las capacidades humanas variadas indican un gran número de aptitudes que se expresan en las diferentes actividades humanas

Algunas de las diferentes inteligencias que Gardner identificó, son las siguientes:

· Inteligencia lógica – matemática: Pensamiento lógico y enlace de ideas.

· Inteligencia del espacio: Concepción de planos y espacio, capacidad de representar situaciones en forma palpable.

· Inteligencia interpersonal: Capacidad de discernir entre estados de ánimo, intenciones y sentimientos de las personas.

· Inteligencia intrapersonal: la capacidad de actuar por el conocimiento y la conciencia de uno mismo.

· Inteligencia Lingüística: Capacidad de expresarse en forma oral y por escrito.

· Inteligencia física: Capacidad de movimiento y uso del cuerpo para expresarse.

· Inteligencia musical: Capacidad de captar esquemas musicales y elaborarlos.

Otro enfoque similar, es el del Profesor Robert Sternberg, quién apunto que la garantía del éxito en diversos ámbitos de la vida reside en la capacidad de integrar lo analítico y lo creativo, para llevarlo a la práctica, Sternberg llamó a esta cualidad, la Inteligencia Triunfadora.

Tal y como se desprende de los diversos enfoques académicos, no cabe duda de que los procesos educativos tendrán que integrar en su aplicación, los aspectos teóricos y filosóficos de los pensadores educativos modernos.El sistema educativo, tendrá necesariamente, que incorporar metodologías que desarrollen el pensamiento racional, para integrarlo con las aptitudes de vida –transmitir a los niños habilidades de pensar – que aporten a las generaciones del futuro, destrezas de pensamiento y habilidades para la vida que les ayuden a realizarse, convirtiéndose en adultos más conscientes, exitosos y felices, que contribuyen a su entorno y aprovechan todo su potencial.

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1 - Reporte SCANS (Comisionado por el secretario del Trabajo de los Estado Unidos en el año 2000).
2 - Reporte de Christopher Ball, titulado Más Significa Diferente (More Means Different), publicado por la Real Sociedad para la Promoción de las Artes. Londres, Inglaterra 1990.
3 - James Campbell, Understanding John Dewey: Nature and Cooperative Intelligence (Chicago and La Salle: Open Court, 1995).4- John Dewey. Democracy and Education (1916).
4 - John Dewey. Democracy and Education (1916).
5 - Perkins, D.N. Teaching for transfer. The Professional Journal of the American Federation of Teachers – fall 1993.